Las regatas de traineras: luchando contra el viento y el agua para defender su honor.
El hombre del Cantábrico desde la antigüedad precisó de la fuerza de sus brazos, complementando la del viento, para mantener la boga durante horas para acercarse a los caladeros y recoger la pesca.
Una vez cargados y a toda marcha, era necesario volver raudos para empezar la subasta del pescado en el puerto.
Y de aquí surgió la rivalidad entre los pescadores por llegar los primeros a puerto a fín de conseguir el mejor precio y el origen de este deporte lleno de emoción que son las regatas de traineras.
En Pasaia, a mediados del siglo XIX había tres traineras que se dedicaban a la actividad del atoaje, dos de San Juan y una de San Pedro
Fué en 1854, con motivo de las Fiestas de San Juán se celebró la primera regata, siendo vencedora la trainera sanpedrotarra.
Con el tiempo el motor sustituyó en las lanchas a la fuerza del hombre. Pero durante los años siguientes, el mundo de las regatas continuó vinculado a la pesca. Los profesionales del sector formaban las mejores tripulaciones del litoral.
Aún hoy, con la incorporación de atletas de todo tipo, los remeros se encuadran en clubes formados en villas de larga tradición pesquera. La competición tiene lugar durante los meses de verano, siendo la regata de más renombre la Bandera de la Concha, que se celebra en San Sebastián los dos primeros domingos de septiembre.
En la actualidad se practica con embarcaciones de banco fijo, de 12 metros de eslora, 1,72 de manga y un peso mínimo de 200 kilos, cuya tripulación está compuesta por trece remeros más el patrón.